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Tratamientos de desinfección en piscinas. Tratamiento de agua
Es fundamental para una piscina contar con un tratamiento físico adecuado, pero también es muy importante el sistema de desinfección, tratamiento químico, que utilizaremos en las piscinas, para conseguir una calidad de agua óptima para el baño.
Contenido
Sistemas de desinfección
Cloro tradicional
- En formato líquido
El hipoclorito sódico, es uno de los desinfectantes más utilizados en piscinas. Este cloro líquido, se dosifica con bombas dosificadoras que pueden contar con sondas de control o no.
De una forma “semiautomática” inyecta muy lentamente el desinfectante en el agua de la piscina. Nos obliga a tener un depósito donde almacenar el producto químico, así como rellenarlo de forma periódica.
- En formato sólido
Es un tipo de cloro muy utilizado en piscina particular, normalmente dosificado en los skimmer o dosificadores de pastillas flotantes.
Contiene además de cloro, el ácido cianúrico como estabilizante. Esto hará que nos baje el pH y que, al no eliminarse de forma natural, cuando lleguemos a un nivel de concentración de 100 ppm, tengamos que renovar gran parte del agua, para su eliminación.
Puede instalarse en piscinas de nueva construcción o en sistemas de depuración con cierta antigüedad.
Bromo
Al mezclarse con el agua y producir el ácido hipobromoso es capaz de destruir Hongos, algas y bacterias.
Se dosifica a través de dosificadores de pastillas, conectados a la depuradora.
Ventajas
Menos olor a desinfectante, poca irritación de ojos y mucosas, gran actividad bactericida. Tampoco necesita que se realice un breakpoint. Buen comportamiento con agua con temperaturas elevadas.
Desventajas
Es que es mucho más inestable, al ser un producto orgánico no estabilizado, y tiene un coste mucho más elevado.
Cloración salina
Es otro sistema muy utilizado en piscinas privadas y públicas, por la comodidad de no almacenar productos químicos en la instalación.
El desinfectante, cloro, se produce por la electrolisis de la sal que contiene el agua (según los equipos debemos aportar entre 2 – 7 kg por metro cúbico), al pasar por unos electrodos que al pasar corriente eléctrica por ellos nos genera el desinfectante. Esta célula se instala en la tubería de impulsión del agua depurada.
En función de los metros cúbicos a desinfectar el equipo tendrá una producción mayor o menor. Esto es fundamental para no equivocarnos en la elección de la potencia del clorador salino.
Podemos encontrar cloradores para:
Puede instalarse en piscinas de nueva construcción o en sistemas de depuración con cierta antigüedad.
Es requisito importante que no existan elementos metálicos en la instalación para no deteriorarlos con los efectos de la sal (bombas de fundición, tuberías de hierro, climatización que no sea de titanio, etc.)
Ozono
Cuenta con un gran poder desinfectante, aunque necesita un mínimo residual de cloro en agua para un correcto funcionamiento.
Evita los malos olores de desinfectante, parte de las irritaciones como consecuencia de la acumulación del cloro combinado que se forma con la cloración tradicional.
Supone una inversión alta en un equipo que nos dé garantías y bien calculado en función del volumen de agua a tratar.
Puede instalarse en piscinas de nueva construcción o en sistemas de depuración con cierta antigüedad.
Pero es fundamental que al vaso de la piscina no llegue el ozono y que la ozonización se realice fuera del vaso, para evitar que los bañistas lo respiren.
Ultravioletas
La luz ultravioleta es una radiación, con diferentes longitudes de onda a la luz visible. Concretamente entre 100 y 400 nanómetros.
La luz ultravioleta se obtiene por la radiación generada por las lámparas de vapor de mercurio.
Es fundamenta calcular bien los equipos al caudal que tendremos en la instalación.
Neolysis 
Se realiza una combinación de desinfección por electrólisis salina y de luz ultravioleta.
Manteniendo un nivel de cloro residual por la electrólisis de al menos 2g/l.
Ionización cobre y plata
Intercalando unos electrodos de cobre/plata, se obtiene una función antialgas y desinfectante para un menor consumo de productos clorados.
Pueden y deben añadirse a los tratamientos antes mencionados, cloración salina, cloro convencional, ozono, etc.
Regulación del pH
Con cualquier sistema de desinfección es fundamental mantener el nivel de pH entre 7,2 – 7,6 para evitar problemas de corrosión, irritación de ojos y piel, pérdida de efectividad del desinfectante (con pH ácido o bajo), o para evitar la formación de incrustaciones, agua turbia, irritación de mucosas, etc. (con un pH básico o alto).
Sabemos que hay productos como el Hipoclorito sódico o el Hipoclorito Cálcico que harán que suba el pH y productos como el Cloro gas, los tricloros (cloro en formato sólido), el bromo, que harán que el pH del agua disminuya.
Sistemas automáticos de regulación
Se pueden instalar equipos de medición y regulación de los parámetros de desinfectante y de pH en las depuradoras.
Mediante unos electrodos de medición insertados en las tuberías del sistema de depuración nos harán las lecturas oportunas y enviarán los datos a la centralita del equipo.
En ese momento, en función a los datos que tengamos en el equipo, realizará la dosificación del producto adecuado en cada momento.
De esta manera lograremos tener una medición en continuo, más exacta y que se calibrará de forma permanente.
No hay que olvidar que el coste de estos equipos es elevado y requieren un mantenimiento y cambio de sondas de medición con el tiempo.
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